No hace mucho hablamos sobre la Llave Número Cuatro – como Yeshua fue reconocido al partir el pan: “Se sentó a la mesa con ellos… Cogió el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a ellos. Entonces sus ojos fueron abiertos y le reconocieron”.[1] Dijimos que ese reconocimiento de Él como Mesías tenía que ver con la autoridad que Él mostró al tomar el lugar de anfitrión en la comida. También hablamos sobre los textos de Qumran y el reconocimiento de los esenios ya que solo un Sacerdote y Mesías tenía la autoridad para bendecir el pan. En los comentarios de este post, me hacía a mi misma una pregunta: ¿Este concepto era conocido por todos los judíos de aquel tiempo? ¿Es cierto que los dos discípulos lo habían entendido así?
De esto es lo que trata el post de hoy: ¿Cómo comprendieron los dos discípulos la autoridad mesiánica de Yeshua? ¿Estaban familiarizados con los escritos esenios? Regresemos al día de la Última Cena.
Justo un par de capítulos antes, vemos a Yeshua y a sus discípulos llegando a la Ciudad Santa. Jerusalén estaba repleta de gente que había llegado para la Pascua. Cada casa tenía huéspedes de más, cada habitación estaba llena, aún y así, Yeshua extrañamente parecía no estar preocupado respecto al lugar donde celebrar la comida de la Pascua. Confidencialmente, Él les había dicho a sus discípulos: “Al entrar en la ciudad, un hombre con un cántaro de agua saldrá a vuestro encuentro. Seguidle y entrad en la casa donde él entre”.[2] ¿Cómo sabía Yeshua que ellos encontrarían un hombre cargando un cántaro de agua? Un hombre cargando un cántaro de agua no era algo común, ya que generalmente era un trabajo de mujeres. ¿Por qué un hombre tenía que cargar un cántaro de agua en Jerusalén?
El único grupo de hombres judíos que tradicionalmente llevaban cántaros de agua eran los esenios. Ya que la mayoría de los esenios guardaban el celibato, los hombres hacían el trabajo de las mujeres. Por eso, un hombre con un cántaro de agua solo podía ser un esenio. Los esenios tenían sus comunidades no solo en Qumran, sino también en varias ciudades. También tenían comunidad en Jerusalén. Josefo nos dice que una de las puertas de Jerusalén era llamada “la Puerta de los Esenios”. Al parecer, fue a través de esta puerta que entraron a su comunidad. De las palabras de Yeshua, sus discípulos entendieron que ellos tenían que entrar a Jerusalén a través de la puerta de los esenios. Además, ya que los esenios tenían un calendario diferente, sus habitaciones para huéspedes estaban todavía disponibles. Por esta razón el Maestro sabía que había lugar disponible para la Última Cena.
En el post de nuestra Llave Número Cuatro, discutimos el concepto esenio del privilegio mesiánico en el partimiento del pan durante las comidas en comunidad. Algunos textos de Qumran describen tales comidas y las normas aplicables a ellas. Por ejemplo, en QS 62-5, leemos que ellos comerán en comunidad y orarán en comunidad… y cuando la mesa esté preparada para la comida, y el vino nuevo para beber, el Sacerdote será el primero en extender las manos y bendecir los primeros frutos del pan y del vino nuevo. Y también en 1QSa 2:17-21 tenemos una descripción de la comida final de la comunidad que tendrá el Mesías entre ellos: El Sacerdote dirá la bendición y después de esto, primero el Mesías de Israel y después los demás según su rango. Esta norma era aplicable a un grupo de diez o más hombres.
Sabemos que durante la Última Cena, Jesús fue quien bendijo el pan y el vino: Él tomó el pan, dio gracias y lo partió y le dio a ellos diciendo: “Esto es Mi cuerpo que os es dado; hacedlo en memoria de Mí”. 17 Entonces tomó la copa y habiendo dado gracias les dijo: “Tomad esto y repartidlo entre vosotros; 18 porque os digo que no beberé del fruto de la vid hasta que el reino de Dios venga”.[3] Sin embargo, desde que ellos tuvieron esta comida en el lugar esenio y entre la comunidad esenia, mientras partían el pan, Yeshua era visto como un Mesías esenio. Esta es la razón por las que les deja claro diciéndoles que Él no es un Mesías según el concepto esenio: Él está entrelazando este partimiento del pan con el que había de venir, con Su inminente sufrimiento (aunque ellos no lo entendieron en aquel momento) –algo que el Mesías esenio no haría–: Cuando llegó el momento, Él se sentó y los doce apóstoles con Él. Entonces les dijo: “Con ferviente deseo he querido comer esta Pascua con vosotros antes de Mi sufrimiento”.[4] Así durante la Última Cena, Yeshua hizo esta afirmación: Yo no soy un Mesías de los esenios, soy un Mesías diferente. Ahora no me entienden pero entenderán muy pronto qué clase de Mesías soy.
Ahora, regresemos a la historia de Emmaús. Se nos ha dicho que “ellos se acercaron al pueblo a donde iban”.[5] No sabemos si era el pueblo donde ellos vivían o si era la casa de algún amigo –pero este forastero empezó a actuar en la casa como aquel que tiene autoridad–,[6] asumiendo el rol de anfitrión y partiendo el pan. El corazón de los discípulos, que había estado ardiendo todo el camino, ahora estaba lleno de emoción y expectativa. Recordaron Su bendición mesiánica durante la Última Cena –si lo vieron así o si se les dijo– para ellos esto fue el signo definitivo de su dignidad Mesiánica. También les vino a la memoria Sus palabras sobre el sufrimiento: “Lo que ahora hago no lo entienden, pero lo entenderán después”.[7] Sus palabras: lo entenderán después, estaban siendo cumplidas en ese justo momento; Él les había dicho por adelantado que Él sería un Mesías sufriente, diferente –y ahora, finalmente ellos lo entendieron–. Sí, Él era el Mesías, pero era un Mesías diferente –no el Mesías que Israel esperaba; no el Mesías que los esenios esperaban– y esto es lo que los dos discípulos reconocieron mientras Él partía el pan.
Tal como he mencionado algunas veces anteriormente, Lucas quiere que veamos este Evangelio a la luz que es reflejada en el capítulo de transición. Por lo tanto, junto con los discípulos del Camino de Emmaús, ahora entendemos dos cosas: primero, que Yeshua es el Mesías y como Mesías tiene la autoridad para bendecir el pan y el vino, y segundo, que Él es un Mesías diferente, diferente a cualquier otra expectativa, incluyendo la de los esenios. Su Mesianismo viene mediante el sufrimiento, y Su bendición del pan y el vino es el recordatorio de ese sufrimiento. Yo creo que estas son las principales conclusiones que Lucas quiere que entendamos de este capítulo de transición –porque estas son las dos cosas principales que los discípulos comprendieron en el pequeño pueblo de Emmaús. Es por esta razón que en ese mismo momento “sus ojos fueron abiertos y ellos le reconocieron”.[8]
[1] Lucas 24:30,31
[2] Lucas 22:10
[3] Lucas 22:17-19
[4] Lucas 22:14,15
[5] Lucas 24:28
[6] Marcos 1:22
[7] Juan 13:7
[8] Lucas 24:31


